miércoles, 17 de marzo de 2010

Peor que ayer y peor que mañana, o eso creo.


Demasiado bueno para ser cierto. Dos semanas de puta madre fuera del colegio, muy estersantes dentro de él. Supongo que uno tiende a acercarse a lo que le hace sentir bien, y por eso las 6 horas de clase diarias las pasaba en blanco, pensando en lo que haría por la tarde.


Empezamos a hablar; poco a poco, sin pausa y sin prisa, buscando los entresijos de nuestra vida, esperando el descuido para averiguar algo nuevo que no sabía sobre ti. Era bonito, y así lo veía yo por lo menos.


No sé lo que pasa ahora mismo por tu mente, ni lo pretendo, pero parece que una palabra fuera de tono o un gesto de rechazo pueden provocar que nuestra débil relación se haga pedazos, cuando muchas veces ambas cosas son necesarias, para dejar las cosas claras. Puede que sea una verdad como un templo, o puede (quiero creerlo) que tener la ventana abierta de par en par por primera vez en el año y observar los primeros brotes de alergia me hallan removido las hormonas (más de lo que ya están).


Menos mal que me conozco, aunque solo sea de vista, y sé que mañana, al despertar, todo habrá acabado y me daré cuenta que esto es una gran tontería.


"Hoy no me alegran los almendros del huerto. Son tu recuerdo"


RUM RUM HACE MI MOTO, A LAS ESTRELLAS ME VOY CON ELLA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario