viernes, 21 de mayo de 2010

Clases particulares con la vida.


Han pasado ya algunos meses desde que empecé el curso, y parece que por fin llega un año productivo de verdad.
Odiado por las comañías y amado más tarde por saber rectificar. Aprendí de esta experiencia que no hay que fiarse de casi nadie, por muy majo que parezca, y que no es necesario odiarse con la gente que no es tu amiga.
También aprendí más tarde, a no amilanarme ante el pe(d)rro más ladrador, a buscar lo que sueño trabajando cuando es necesario y a descubrir que ser yo mismo no es tan malo, y nunca lo fue.
Jugando al baloncesto, este año he aprendido cosas, y muchas decepciones (más de las que me gustaría) me han hecho madurar, y errores pasados no volverán a ocurrir. Me enseñaron que en todo lo que se haga hay que tener mucha mano izquierda, y que pensar que perteneces a un grupo de por vida, "a muerte", no es la postura más sabia. Por tanto, no volveré a sentir como míos los colores que tenga una camiseta o cualquier otro símbolo.
En definitiva, aprendía la vida, y mi única maestra, la misma vida. Incluso pedí clases particulares...